Comienza el concierto en la mítica sala madrileña, el público no intimida a Capossella, ya que sus compatriotas le esperan entusiasmados. Los susurros de Caposella, su voz rasgada, consigue transportarnos en una nube, cerramos los ojos, por un instante y al abrirlos nos encontramos en una vieja tasca griega, el ambiente es cálido, familiar, intimo y se nos antoja nostálgico, nos sentimos atrapados totalmente en este viaje exótico hacia el Mare Nostrum. Nos deleitan con alguna de sus canciones de mayor éxito en clave rebetiko como "Con una rosa", "Non è l’amore che va vía", "Scivola vai via".
Las luces rojas, el humo envuelve el escenario, todos los músicos están abrazados por este toque mágico, teatral, Vinicio se mueve de manera natural, cambiando de instrumento, el famoso bouzouki y el resto de acompañantes todos italo-griegos, continúan con la presentación del disco. Llega el momento de Rebetiko Mou , bromeando con el entrenador del equipo madrileño, Capossela, se dirige al público en varias ocasiones, incitando a la rebeldía, a no quedarse dormidos ante el sistema y bromea sobre el escándalo de los sobres sin remitente en los partidos políticos españoles.
Abbandonato ( la versión italiana de una canción de Atahualpa Yupanqui ) Canción de las simples Cosas (la versión italiana de una famosa canción de Mercedes Sosa), y disfrutamos de su homenaje a la gran Chavela.
Continuamos inmersos en un ambiente amable, mágico, el tono del concierto aumenta, comenzamos en un nube pero todo el público esta saltando, festejando, gozando de casi dos horas de su tierra, destacamos la gran fiesta, el gran baile en “Ballo de San Vito”
Cerramos los ojos, los abrimos, y como de costumbre las luces de la sala se encienden, ya no estamos en una tasca griega y de fondo The Doors ”The End” . Que momento mágico hemos vivido.
¡Grande Capossella!
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