5.07.2015

CRÓNICA SOS 4.8 2015


Año tras año vamos teniendo cada vez más claro que el Festival SOS es muy grande. El festival va sumando ediciones (8 van ya) y nosotros años, pero el cartelón de este año sumado a nuestras ganas de bailar y con una organización exquisita (puntualidad, calidad del sonido, cercanía de los escenarios, nada de agobios durante los conciertos…) forman la combinación perfecta para un fin de semana espectacular y las cifras de asistencia de esta edición lo certifican 
Aunque ya no sea el primer festival de la temporada, ni sea en verano, nosotros lo vivimos como si fuera el primero y con las temperaturas que nos hizo como si fuera en pleno Agosto. Ya desde los conciertos de los aperitivos (todo un acierto por parte de la organización el que se pueda estar disfrutando del festival casi las 24 horas por diferentes partes de la ciudad) hasta la entrada en el recinto íbamos pensando en que nos depararía este año el SOS…
DIA:
  La sola presencia del icónico Morrissey en el cartel convertía para muchos la jornada inaugural en el día grande del festival, pero empecemos por el principio. 

Fue llegar y llevarnos la primera buena noticia: ¡Xoél López ha vuelto!


Lo reconocemos, Xoél nos gusta mucho y teníamos muchas ganas de que cerrara las bocas de la crítica que le ha dejado de lado últimamente y que ha hecho empequeñecer el tamaño de las letras de su nombre en los carteles festivaleros. Bajo un sol de justicia que se reflejaba en las gafas del gallego, los primeros acordes de “Que no” introduciendo el concierto como una declaración de intenciones de lo que nos esperaba: conexión con un público entregado que coreaba las letras de sus mayores éxitos “Todo lo que merezcas”, “Tierra”, “Hombre de Ninguna Parte”… y bailaba con las nuevas canciones del nuevo disco que está a punto de ver la luz “Paramales”.
En resumen, el mejor concierto de Xoél que hemos visto en mucho tiempo.
Este ha sido el año de Supersubmarina (llenar 4 días seguidos la Riviera de Madrid lo dice todo), la gran asistencia de público en el escenario principal del festival era de esperar, y los baezanos no defraudaron. Solo el hecho de que la sucesión de canciones fuera tan rápida, sin tiempo casi para aplausos entre canción y canción, dice mucho de los que se saben caballo ganador y quieren exprimir al máximo el tiempo acordado. Canciones contundentes para un directo contundente “Viento de Cara”, “Algo que sirva como luz”, o ya clásicos como “Cientocero” o “Gin Tonic”. 

Y de repente, las parrillas se empiezan a apagar, los puestos de comida a cerrar, una procesión de gente se dirige hacia el escenario principal y se proyectan videos de “New York Dolls”. Todo esto solo podía significar una cosa: era el turno de Morrissey y su honesto directo. Honesto para lo bueno y lo malo. 



No esperes parafernalias para encandilar al respetable, o que haga esfuerzos en conectar con el público, no lo necesita, es una estrella del pop con 30 años de éxitos a las espaldas y es simplemente y llanamente lo que te va a ofrecer: una colección de canciones grabadas a fuego en la memoria colectiva musical desde hace muchos años. Desde “Suedehead” con la que abrió el concierto hasta los temas de su nuevo disco “World Peace Is None Of Your Businness” pasando por éxitos de su época en The Smiths como “Stop me if you think you’ve heard this one before” o en solitario como el imprescindible “Everyday is like Sunday”. Con todo, hay que decir que los videos de maltrato animal que se proyectaron mientras cantaba “Meat is Murder” sobraron incluso hasta por los más fieles seguidores. 

Cambio de tercio (que me perdone Morrissey por utilizar un término taurino) y un descenso apreciable en la media de edad para ver a otro de los más esperados de esta primera jornada: 


¡The Vaccines! Y parafraseando el nombre de su primer disco “What Did You Expect from the Vaccines?” Pues un concierto con dos picos de intensidad muy marcados, uno al principio para subir la temperatura con temas como “Wrecking bar y “Post break-up sex” y uno al final para dejar buen sabor de boca con un himno festivalero (y cervecero) “If you wanna”. Y entre medias una meseta con canciones menos conocidas y algún adelanto de su nuevo trabajo “English Graffiti” que está a punto de salir. Lo esperado y lo concedido ¿Suficiente? Pues a juzgar por el buen sonido, la potencia y las ganas de su directo y sobre todo porque no partamos de bailar y corear sus canciones, si, nos parece más que suficiente. 


Llegó la hora de los Dj’s, (aquí tenemos que remarcar el espectáculo de ElyElla) de seguir bailando sin parar y de coger un poco de fuerzas para un segundo día que se antojaba por lo menos igual de intenso.

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